Tres razones que explican la nostalgia de la dictadura

Scritto il 27/11/2025
da Marc Gil Garrusta,Anna Catharina Hofmann

La avería en el contrato social producida por las políticas neoliberales ha hecho a amplios sectores permeables a proyectos de pulsión autoritaria

Treinta y cinco años después del colapso del comunismo, buena parte de los rumanos sigue recordando los años de Ceaucescu como tiempos de prosperidad. Una reciente encuesta del centro de investigación INSCOP revela que un 66% lo considera un “buen líder”, impulsado por la nostalgia de un pasado en el que —según la mayoría— Rumania era más rica, se producía más y el Estado ofrecía mayor seguridad económica. En Latinoamérica y Asia, la memoria hacia las dictaduras militares de la Guerra Fría es igualmente benévola, vistas como épocas de industrialización acelerada y bonanza económica. En Corea del Sur, este fenómeno se conoce como el síndrome Park Chung Hee, en alusión al dictador que gobernó el país con mano de hierro desde su golpe de Estado (1961-1979) y que en 2015, según Gallup Korea, fue considerado por el 44% de los encuestados como el mejor presidente que ha tenido la nación. Incluso en Alemania se escucha la frase “no todo fue malo bajo Hitler”, aludiendo a los presuntos logros del régimen –auge económico, pleno empleo y, claro, las autopistas–. Una encuesta de FORSA de 2007 mostraba que el 25% de los alemanes consideraba que el nazismo también había tenido “aspectos positivos”, una proporción que, según un sondeo de Die Zeit de marzo de 2025, se mantiene prácticamente constante.

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