Evangelio (Mt 7,21-29) - En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «No todo el que me dice: 'Señor, Señor' entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: "Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre y en tu nombre echamos fuera demonios y hicimos muchos milagros en tu nombre?" Pero yo les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de iniquidad. Por tanto, cualquiera que oye estas palabras mías y las pone en práctica es como un hombre sabio que edificó su casa sobre la roca. Cayó lluvia, se desbordaron los ríos, soplaron los vientos y azotaron aquella casa, y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca. Cualquiera que oye estas palabras mías y no las pone en práctica es como un hombre necio que construyó su casa sobre arena. Cayó lluvia, se desbordaron los ríos, soplaron los vientos y azotaron aquella casa, y cayó, y fue grande su ruina." Cuando Jesús terminó estos discursos, la multitud quedó asombrada de su enseñanza: de hecho, les enseñaba como quien tiene autoridad y no como sus escribas.

El comentario al Evangelio de monseñor Vincenzo Paglia

Esta palabra del Evangelio nos ayuda a comprender dónde está la estabilidad de la vida. Y en este tiempo marcado por tanta inestabilidad, en el que nos damos cuenta de lo precaria que es nuestra existencia y la vida del mundo, estas palabras nos llaman a construir nuestra casa sobre la roca. No sólo para nosotros, sino para muchas personas que no saben adónde ir. Estamos en tiempos de guerra, con todas las consecuencias; como dice Jesús, es tiempo de lluvia, de ríos desbordados, en los que soplan los vientos: como una gran tormenta y una inundación que quiere sumergirlo todo. Pero “el Señor es para nosotros refugio y fortaleza” – dice el Salmo 45 – “siempre una ayuda en tiempos de angustia. Por tanto, no temamos si la tierra tiembla, si los montes caen al fondo del mar." En tiempos difíciles la tentación de estar solo y pensar en uno mismo es fuerte, pero esto resulta ser el gran engaño, porque en tiempos de tormenta es la "arena" la que hace que la casa se derrumbe. Como escribió el cardenal Martini: «No debemos olvidar al adversario que, a través del cansancio, el aburrimiento y la frustración, viene a debilitar nuestra vida. ¡Ahí hay que resistir con fuerza, resistir, resistir, resistir! La roca más sólida es la que se encuentra en las profundidades que hay que buscar a través de la lectura de la Biblia. Jesús dice que el que hace la voluntad del Padre entrará al reino, y la voluntad del Padre es no perder a ninguno de sus hijos, y que ahora todos pueden tener un lugar y un hogar, y que los preparemos para los que se quedan solos. .